jueves, 24 de marzo de 2011

el aye-aye, un primate parecido a un gremlin

El aye-aye es un primate estrepsirrino endémico de Madagascar, emparentado con los lémures. Su estrafalaria apariencia hace que se le considere el principal responsable del origen de la palabra lémur, que quiere decir en latín espíritu nocturno. El aye-aye es el único representante vivo de su género, Daubentonia, lo que deja bien a las claras su extrema rareza. Sólo se conoce otra especie próxima al aye-aye que es el aye-aye gigante, que se extinguió hacia 1920.


El pelaje es largo en todo el cuerpo, especialmente en la cola, razón por la que el aye-aye fue clasificado inicialmente como una extraña ardilla cuando se descubrió. El color del pelaje es totalmente negro salvo en la cara, donde se aclara hasta ser blanquecino. Ocasionalmente se dan individuos pardos. Los adultos alcanzan el tamaño aproximado de un gato doméstico, con 40 centímetros de la cabeza a la cola y otros 55 de longitud total de ésta. Pesa de dos a tres kilos y puede vivir hasta 23 años. Además de sus amplias orejas, en su cabeza destacan también sus ojos, grandes y amarillos, típicos del animal nocturno que es. El olfato también es bastante fino.


Los aye-ayes son animales arborícolas de hábitos nocturnos. Se alimentan de larvas de insectos que encuentran bajo la corteza de los árboles, localizándolas mediante golpes rítmicos sobre la corteza. Este método es típico de los pájaros carpinteros, pero único entre los mamíferos. Para conseguirlo, usa su largo y huesudo tercer dedo, y distingue cualquier pequeña perturbación en el ruido que produce el golpeteo, indicio de una galería de madera carcomida bajo la corteza, gracias a sus grandes y bien desarrollados oídos su sentido principal, semejantes a los de un murciélago. Sólo se conoce otro caso de adaptación tan fuerte de los dedos en ese sentido en toda la historia de la evolución, el del pequeño dinosaurio arborícola Epidendrosaurus.

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